El bruxismo es una afección que se caracteriza por apretar o rechinar los dientes de forma involuntaria, especialmente durante la noche. Aunque es un trastorno común, su origen todavía plantea dudas tanto en la comunidad médica como entre los pacientes. Una de las creencias más extendidas es que el estrés es la principal causa del bruxismo. Pero, ¿es esto realmente así?
¿Qué es el bruxismo?
El bruxismo puede manifestarse tanto durante el día (bruxismo diurno) como por la noche (bruxismo nocturno). En muchos casos, los pacientes no son conscientes de que lo padecen hasta que experimentan sus consecuencias: dolor en la mandíbula, desgaste dental, cefaleas o trastornos del sueño. Aunque afecta a personas de todas las edades, es más frecuente en adultos jóvenes y puede estar asociado a otros trastornos del sistema nervioso central.
¿El estrés causa bruxismo?
Popularmente se asocia el estrés con el bruxismo, y si bien existe una relación entre ambos, no se puede afirmar que el estrés sea la causa directa. El bruxismo es un trastorno multifactorial, lo que significa que intervienen diversos factores en su aparición, incluyendo:
Factores genéticos
Alteraciones del sueño
Trastornos neurológicos
Maloclusiones dentales
Consumo de ciertas sustancias (alcohol, cafeína, tabaco)
En este contexto, el estrés actúa como un factor agravante. Las personas sometidas a altos niveles de estrés o ansiedad pueden experimentar un aumento en la intensidad y frecuencia del bruxismo. En otras palabras, el estrés no genera el bruxismo, pero sí puede intensificar sus síntomas o hacerlo más evidente.
¿Cómo se puede manejar el bruxismo?
El tratamiento del bruxismo debe abordarse desde una perspectiva multidisciplinar, teniendo en cuenta tanto el componente físico como el emocional. A continuación, enumeramos algunas estrategias efectivas:
1. Férulas de descarga
El tratamiento más común es el uso de férulas o protectores bucales personalizados que se colocan durante la noche. Estas férulas no curan el bruxismo, pero sí protegen los dientes del desgaste y reducen la sobrecarga muscular.
2. Control del estrés y técnicas de relajación
Como el estrés puede empeorar el bruxismo, aprender a gestionarlo es fundamental. Técnicas como la meditación, el yoga, la respiración consciente o la terapia psicológica pueden ser de gran ayuda para reducir los niveles de ansiedad y mejorar la calidad del sueño.
3. Fisioterapia y masajes mandibulares
El trabajo de fisioterapia especializado puede ayudar a aliviar la tensión muscular en la zona del cuello, mandíbula y hombros. Los masajes o ejercicios específicos pueden mejorar la movilidad articular y reducir el dolor asociado al bruxismo.
4. Revisión de hábitos
El consumo de estimulantes como la cafeína o el alcohol en exceso puede agravar el bruxismo. Asimismo, mantener una buena higiene del sueño y evitar el uso de pantallas antes de dormir también puede contribuir a una mejor calidad del descanso y a disminuir los episodios nocturnos.
5. Tratamientos odontológicos complementarios
En casos donde el bruxismo ha provocado un desgaste importante del esmalte o alteraciones en la mordida, puede ser necesario realizar rehabilitaciones dentales con restauraciones, carillas o coronas para devolver la funcionalidad y estética dental.
En definitiva…
El bruxismo es un trastorno complejo cuya causa no puede reducirse únicamente al estrés, aunque este influye significativamente en su desarrollo y manifestaciones. En Clínica Pascual-Camps abordamos el bruxismo desde un enfoque integral y personalizado, ayudando a nuestros pacientes a mejorar su salud bucodental y su calidad de vida.
¿Te preocupa el bruxismo?
No dejes pasar más tiempo. Actua ya para que tus dientes no sufran.